Organizar lo que vamos a hacer durante el viaje es cuestión de gustos. Todo depende de qué queramos ver, a qué ritmo, de qué forma... Así que cada viajero tiene que pensar cómo le gustaría hacerlo.
¿Te gusta ver monumentos? ¿No? ¿Prefieres los parques? ¿disfrutas paseando? ¿te cuesta andar? ¿subirías al autobús local o te decantas por el taxi? ¿con rapidez o con paradas? Todo depende de ti. Decide qué criterios son los más importantes según tu personalidad, tus intereses, tu forma de viajar...
Esta propuesta, para organizar cada día en una ciudad, se basa en 4 ideas:
- Buscar el equilibrio: estamos en allí y queremos verlo todo. Es mejor ver menos cosas, pero verlas disfrutando y a un ritmo agradable.Hay algo que ver en cada esquina, por todas parte. Al principio querrás verlo todo...luego descubrirás que es necesario seleccionar, prescindir de algo, , a cambio de un poco de tranquilidad.
- Ofrecer cada día una combinación agradable y variada de actividades y visitas: ver todos los museos el mismo día, todos los palacios el mismo día, o todos los monumentos el mismo día, puede ser aburrido y monótono. Mejor combinar actividades diversas, cada día "un poquito de todo".
- Hacer del paseo la mejor forma de conocer una ciudad: lo auténtico de cada lugar no suele estar dentro, sino fuera. Recorrer las calles, moverse y pasear. Para eso no necesitamos entradas, ni reservas. Necesitamos tiempo y ganas de explorar. Así tenemos un verdadero contacto con la zona y su gente.
- Tomarse el planning como una guía, sin obligaciones y sin estrés: se trata de facilitar la organización de los itinerarios y ser prácticos. Pero como dice nuestro lema, nada de seguirlo al pie de la letra. Por qué no salirse del plan si es lo que apetece, o si las circunstancias lo sugieren. Quizás una tarde de lluvia es ideal para el museo, o quizás nos apetezca pasear bajo la lluvia...cuestión de gustos.
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